La yerba mate no es solo una bebida, es una tradición viva que forma parte de la cultura de millones de personas en Sudamérica, especialmente en Argentina, Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil.
Pero además de su fuerte presencia cultural, el mate es una infusión rica en propiedades y, en los últimos años, ha comenzado a integrarse en el mundo del blending de hierbas, abriendo nuevas posibilidades sensoriales.
¿Qué es la yerba mate?
Se trata de las hojas secas y trituradas de la planta Ilex paraguariensis. Tradicionalmente se consume en un recipiente llamado “mate” con una bombilla, al que se le añade agua caliente. Su sabor es amargo e intenso, aunque puede suavizarse según el tipo de yerba y las combinaciones que se utilicen.
Propiedades de la yerba mate
La yerba mate es rica en:
- Cafeína natural (mateína): estimula el sistema nervioso y mejora la concentración.
- Antioxidantes: ayuda a combatir los radicales libres.
- Vitaminas del grupo B y minerales: como el potasio y el magnesio.
- Saponinas: que refuerzan el sistema inmunológico y tienen propiedades antiinflamatorias.
Aunque el consumo tradicional es solo con agua caliente, el mate puede ser parte de mezclas herbales o incluso tomarse frío como tereré. A la hora de crear un blend con yerba mate, hay que tener en cuenta su intensidad y amargor. Por eso, se suele combinar con hierbas o frutas que aporten frescura, dulzura o suavidad.
Hierbas y sabores que combinan bien:
- Menta o hierbabuena: aporta frescura.
- Cáscara de naranja o limón: da un toque cítrico y equilibrado.
- Manzanilla o tilo: suavizan el carácter amargo.
- Jengibre: añade energía y picor suave.
- Lavanda o rosa mosqueta: para versiones más aromáticas o relajantes.
Muy pronto estaré compartiendo algunos blends que podés hacer con esta maravillosa planta.